Con 31 años y 10 meses de servicio en la Policía Nacional, el señor comisario es un ejemplo de dedicación y compromiso con la seguridad y el bienestar de los colombianos. Nacido en Cúcuta, Norte de Santander, este hombre de 54 años de edad ha dedicado su vida a proteger y servir a su comunidad. Hijo de Luis Alvarado, quien sirvió también a los colombianos como agente de la Policía Nacional durante 34 años, su verdadero héroe.
Recuerda el día que inició su carrera como uniformado en 1993, en el centro de instrucción de la ciudad de Cúcuta, donde se graduó como patrullero el 9 de septiembre de 1994. Desde entonces, ha recorrido un camino lleno de desafíos y obstáculos, pero también de logros y reconocimientos.
Su primer destino fue en el departamento de Policía Norte de Santander, donde se desempeñó como investigador criminal. Luego, fue trasladado a la ciudad de Bogotá, pero pronto regresó al departamento que lo vio nacer. A pesar de la complejidad del orden público en la región, el señor comisario se sentía en casa y encontró en la Policía Nacional su verdadera familia.
Sin embargo, su carrera no estuvo exenta de momentos difíciles. Recuerda un enfrentamiento en la vía a San Faustino, junto a una contraguerrilla de la Policía Nacional, se enfrentaron a un grupo de más de 60 subversivos que intentaban tomar la cárcel modelo. La situación fue tensa y peligrosa, pero gracias a su valentía y resiliencia, lograron superar el obstáculo y evitar la actividad terrorista.
“Los gritos y los silbidos de los balazos fue algo que quedó durante mucho tiempo en mi recuerdo" confiesa el señor comisario. Pero también destaca que la resiliencia ha sido fundamental para sobrepasar obstáculos durante su carrera y llegar a donde está hoy.
Con una carrera de más de tres décadas, el señor comisario Germán Hipólito Alvarado Beltrán ha demostrado que la dedicación y el compromiso pueden llevar a grandes logros. Su consejo para los jóvenes es claro: "Trabajar con transparencia, disciplina y dedicación sin esperar nada a cambio, porque la recompensa viene de Dios".
La historia del señor comisario es un ejemplo de lo que significa servir con honor y dedicación. Su trayectoria es un recordatorio de que la Policía Nacional está compuesta por hombres y mujeres que arriesgan su vida para proteger a los demás.
Su legado es un ejemplo a seguir para las futuras generaciones de policías y ciudadanos que buscan hacer una diferencia en su comunidad.